"El Barça pierde su rumbo sin Lamine Yamal: crisis a la vista"
El Barcelona en el tramo final del año se presenta como un equipo irreconocible: ha logrado apenas cinco puntos de los 21 en juego. Poco o nada se asemeja al conjunto que inició la temporada, encadenando siete victorias en LaLiga, incluyendo algunas goleadas históricas (7-0 al Valladolid, 1-5 al Villarreal...). Ciertamente, existen múltiples factores que contribuyen a explicar el descenso en el rendimiento de los azulgranas, pero hay uno que destaca con nombre y apellidos: Lamine Yamal.
El extremo culé es un jugador determinante para el Barça. Sin él, el equipo es otro. Peor. Mucho peor. Lo sabe Hansi Flick, la plantilla y el club. Es algo, de hecho, que está comprobado y que el barcelonismo pudo constatar, de nuevo, esta pasada jornada en el compromiso contra el Atlético de Madrid, en el que Lamine Yamal estuvo en la grada ya que está de baja por lesión: contra el Leganés sufrió una lesión de grado 1 en el ligamento intertibio-peroneo anterior del tobillo derecho, que le obligará a estar fuera del equipo entre tres y cuatro semanas. Para desgracia de los azulgranas.
El internacional español, ganador del trofeo Kopa como mejor jugador joven del mundo, es el futbolista más desequilibrante de la plantilla catalana. Activa toda la línea ofensiva con sus importantes, variadas, constatadas y múltiples capacidades: desmarque, velocidad, aceleración, control del balón, regate, asociación, asistencia, precisión en el pase, habilidad para arrastrar y tener ocupados a los defensas rivales liberando a sus compañeros de arriba...